5 de mayo de 2025

Necesitamos para nuestra vida amar profundamente a Jesús, para dejar atrás todo aquello que nos aleja de Él, y predicar el evangelio sin temor alguno.

 

Nuevamente Jesús resucitado se aparece a los discípulos, porque tiene que confirmarlos en la fe, de modo que puedan presentarse ante el mundo como testigos de la resurrección del Maestro. 
Hemos escuchado este relato precioso del encuentro del Señor con algunos discípulos suyos, conocido con el nombre de la pesca milagrosa (Jn. 21,1-19).
Es elocuente comprobar cómo, cuando ellos obedecen el pedido de Jesús, la pesca es abundante. Eso nos advierte que en la vida, si queremos que las cosas funcionen, es necesario escuchar al Señor. 
No pocas veces creemos que las dificultades se arreglan siguiendo nuestro primer impulso. 
Sin embargo,  cuando pareciera que nada tiene salida, debemos acudir y hacer lo que Jesús nos dice, que traducido significa buscar siempre la voluntad de Dios en nuestro obrar cotidiano. 
Jesús está cerca de nosotros, aunque no lo veamos con los ojos materiales, y Él desea compartir una comida amical como lo ha hecho con los discípulos. Compartir el pan implica siempre un signo de amistad, ya que comemos el pan con aquellos  que son amigos o cercanos en nuestra vida. 
De repente Jesús hace a Pedro una triple pregunta, a él tiene que confirmarlo, no solamente para que dé testimonio del resucitado, sino que ha de afirmarlo en su fe, porque será el primer Papa, y por lo tanto ha de confirmar, a su vez,  a sus hermanos. 
Le preguntarà tres veces si lo ama, para que recuerde que tres veces también lo ha negado, pero que Él ha dejado eso atrás. 
"Me quieres más que estos", si Señor, Tu sabes que te quiero, y Jesús responde, "apacienta mis ovejas". Es decir, el amor a Cristo debe manifestarlo cuidando al rebaño que se le confía, por eso después de responder tres veces, Jesús le dirá, sígueme, es decir, realiza  lo que has afirmado. 
San Agustín enseña que  tenemos que ponernos en el lugar de Pedro, porque  representa a la Iglesia, y por lo tanto en Pedro está presente cada uno de nosotros,  y a cada uno pregunta: "¿Me amas más que estos o me amas realmente?" 
¿Por qué esa insistencia en el amor? ¿Es que Jesús necesita de nuestro amor? No, somos nosotros los que necesitamos para nuestra vida cotidiana amar profundamente a Jesús, porque solamente de esa manera seremos capaces de luchar en nuestra vida para dejar atrás el pecado, la infidelidad, todo aquello que nos pueda separar del Señor.
Justamente ese amor a Cristo hace posible que Pedro, delante del Sanedrín, como escuchamos en la primera lectura (Hechos 5, 27-32.40-41), sea capaz de decir que ellos han de obedecer primero a Dios antes que a los hombres. 
O sea, indicará Pedro, no nos prohibirán evangelizar, o que no demos testimonio de Cristo resucitado, porque para eso hemos sido enviados, y tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres. 
Cosa que no es fácil, porque muchas veces en nuestra vida, buscamos contentar a los que no creen, a la cultura de hoy, a la forma como se vive hoy, más que buscar transmitir la verdad que hemos recibido de Cristo nuestro Señor. 
Por eso es importante que el Señor nos proteja,  bendiga y colme de bendiciones para ser valientes testigos del resucitado en la evangelización intrépida en medio de las persecuciones del mundo.
También se ofrece para ayudarnos en esta tarea la Virgen Santísima, María Madre de Jesús y Madre Nuestra, a quien estamos celebrándola bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe. Pidámosle especialmente a ella que nos guíe, que  acompañe y muestre el camino que conduce al encuentro de su Hijo. 
Encontrándonos con el Señor y escuchando su triple pregunta, respondamos "Señor, Tú sabes que te amo, Tú sabes que te quiero". 
Movidos por este amor  a Cristo y a la Iglesia, en estos días en que comenzará el cónclave, recemos insistentemente para que el Pontífice que se elija sucesor de Pedro, realmente sea conforme al corazón de Cristo nuestro Señor. 
Que preguntado el elegido por Jesús  "me amas", sepa responder, "Señor, Tú sabes que te amo", y se comprometa a cuidar a sus ovejas, a protegerlas, a confirmarlas en la fe.


Cngo Ricardo B. Mazza, Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía  en el 3er domingo de Pascua.  04 de mayo de 2025

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