9 de enero de 2017

“Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo”.

1.-Proclamando el texto del evangelio del día (Mt. 3, 13-17) puede extrañarnos el pedido de Jesús de ser bautizado por Juan Bautista.
El Precursor, como cualquiera de nosotros, partiendo de su condición de criatura necesitada de salvación y reconociendo a su vez quién se lo pide responde: “Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!”.
No obstante la verdad de esta respuesta, el Señor insiste “Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo”.

2.-¿Qué encierra esta afirmación rotunda de cumplir lo que es justo? ¿Qué es lo justo? La respuesta la encontramos en el nacimiento mismo de Jesús que ingresó a nuestra historia para hacernos hijos adoptivos del Padre, de manera que hechos injustos por el pecado de los orígenes, podamos ser recreados nuevamente en  la justicia de Dios que nos hace “justos” por su misericordia.
Cumplir “todo lo que es justo” es en definitiva preparar el camino para que cada persona que viene a este mundo pueda ser rescatada del pecado y del imperio del maligno y así   ingresar de lleno en el Reino del Señor, por medio de la conversión y la decisión de comenzar una nueva existencia.

3.-El bautismo, medio para “cumplir con lo que es justo”
Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, cuando se refiere al bautismo de Cristo en los misterios de la Vida de Cristo (parte 3era, cuestión 39), enseña que fue conveniente el bautismo de Jesús para purificar las aguas y darles el poder, santificándolas, de limpiar a otros; a su vez, aún sin pecado, recibió una naturaleza pecadora, y debía ser sumergido el viejo Adán en esas aguas; y por último al dejarse bautizar por el bautismo de penitencia que administraba Juan daba ejemplo de lo que debía hacerse en el futuro con el sacramento del bautismo *. 
De hecho, Jesús dialogando con Nicodemo (Jn. 3, 1-16), expresa en referencia al bautismo que es necesario nacer de nuevo para entrar en el Reino, ya que lo que  nace de la carne es carne –lo que acontece al nacer cada uno para este mundo-, y lo que nace del Espíritu es Espíritu-lo que sucede en el bautismo por el agua y el Espíritu.
Al respecto debemos recordar que no pocas veces en nuestros días, algunos que se dicen creyentes, pero que en lo profundo no creen, retardan el bautismo de sus hijos para cuando ellos puedan decidir, alegan, sometiendo a los mismos a que permanezcan siendo carne, porque carne nacieron, privándolos de la gracia del Espíritu, y de su pertenencia al Reino de Dios.

4.-¿Quiénes están llamados a la salvación por medio del bautismo?
Pedro en su discurso con motivo de la conversión del centurión Cornelio (Hechos 10, 34-38) afirma que “Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a Él”.
Por lo tanto, toda persona que viene a este mundo está llamada a adherirse por la fe a Jesucristo, siendo el pueblo de Israel el primer llamado, y en él son convocados todos los demás: ”Él envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos”.
En relación a esto se habla no pocas veces de la “libertad religiosa”, la cual debe ser entendida no de manera que sea lícito que cada uno piense y crea lo que se le de en gana, sino la ausencia de toda coacción interior o exterior a creer de tal o cual manera.
Por ser inteligente, el ser humano está orientado a la verdad, y por su voluntad, encaminado a poseer el bien, por lo que ha de adherirse libremente a ambos una vez que los encuentra. 
Esto hace que si descubierta la verdad y encontrado el bien, el hombre no se adhiere de corazón, se hace culpable ante Dios por sus pecados, siendo inexcusable su proceder como enseña san Pablo (Romanos  1).

5.-¿Qué sucede con quien no descubre la verdad que es objeto de la fe?
Acontece no pocas veces que personas que buscan con buena intención la verdadera fe, por falta de conocimiento, confusión o ausencia de predicación acerca de la verdad revelada, no llegan a encontrar la fuente de salvación que es Cristo Nuestro Señor.
Se trata de los que no están esclarecidos en su mente y están sumergidos en la  ignorancia inculpable. Para ellos, Dios en su infinita misericordia, prevé seguramente otros caminos de salvación como lo destaca la carta a los Hebreos (11,6) al afirmar que “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan”

6.-¿Por que la importancia del bautismo en nuestras vidas?
El sacramento del bautismo nos hace nacer del Espíritu, como dijimos, y al constituirnos hijos adoptivos del Padre, participamos de su misma vida y somos elevados a la vida sobrenatural.
Esta nueva existencia de gracia no sólo hace meritorios nuestros buenos actos descubriéndonos merecedores de la Vida Eterna que es la meta última que nos espera, sino que posibilita el poder alcanzarla. 
Hermanos: al igual que Jesús, siendo fieles a la voluntad del Padre, estamos llamados a transitar por este mundo haciendo el bien a todos y alabando al que nos creó, haciéndolo conocer sin dejar de predicar las maravillas recibidas por nosotros, elegidos desde antiguo.
Escuchemos las palabras del Señor para llegar a ser objeto de sus predilecciones.
Nota:
*Suma Teológica parte 3era, cuestión 39: “Convino que Cristo fuera bautizado. Primero, porque, como dice Ambrosio In Lúe. ', el Señor fue bautizado, no porque quisiera ser purificado, sino para purificar las aguas, a fin de que, purificadas ellas por la carne de Cristo, que no conoció el pecado, tuvieran la virtud del bautismo; y para dejarlas santificadas para los que después habían de ser bautizados, como escribe el Crisóstomo.
Segundo, porque, como dice el Crisóstomo In Matth., aunque Cristo no fuese pecador, recibió, sin embargo, una naturaleza pecadora y una semejanza de carne de pecado (cf. Rom 8,3). Por esto, aunque no necesitaba del bautismo en favor de sí mismo, lo necesitaba, no obstante, la naturaleza carnal en los demás. Y, como escribe Gregorio Nacianceno, Cristo fue bautizado para sumergir en el agua a todo el viejo Adán.
Tercero, quiso ser bautizado, como dice Agustín en un Sermón De Hpiphania, porque quiso hacer El mismo lo que mandó que habían de hacer todos. Y esto es lo que El mismo dice: Así conviene que cumplamos toda justicia (Mt 3,15). Como escribe Ambrosio, In Lúe., ésta es la justicia: Que comiences por hacer tú primero lo que quieres que haga el otro, y que animes a los demás con tu ejemplo.

Padre Ricardo B. Mazza. Cura párroco de la parroquia “San Juan Bautista”, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en la Fiesta del Bautismo del Señor. Ciclo “A”. 08 de enero  de 2017. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com.




No hay comentarios: