El domingo pasado reflexionamos sobre las Bodas de Caná y la presencia de Jesús en la celebración festiva. Fue la manifestación de su desposorio con la humanidad por medio de la Encarnación y posterior nacimiento entre nosotros como Hijo de Dios.
"Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada." Edmund Burke
26 de enero de 2016
23 de enero de 2016
“Transformada el agua de nuestra humanidad en el vino de la recreación por la acción divina, se anticipa lo que seremos en el cielo”.
10 de enero de 2016
“La filiación divina y la asimilación a Cristo, hace posible que cada bautizado se convierta en esperanza, heredero de la Vida Eterna”.
Concluimos este domingo con el tiempo litúrgico de Navidad. Hemos meditado acerca de la historia humana recreada por medio de la presencia entre nosotros del Hijo de Dios hecho carne.
3 de enero de 2016
“Fortalecidos por el espíritu de sabiduría y de revelación, -gracia suplicada y concedida por el Padre- conozcamos e imitemos a su Hijo"
En este segundo domingo de Navidad somos conducidos a contemplar el misterio de la divinidad del Hijo, escondido desde antiguo y, develado plenamente en su nacimiento temporal como el Salvador de los hombres.
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