29 de diciembre de 2012

“Participamos de la vida divina del Hijo, como Él compartió nuestra condición humana”.

Cantábamos gozosamente el gloria, celebrando así el nacimiento en la carne del Hijo de Dios que habiéndose manifestado “es fuente de salvación para los hombres” (Tito 2, 11).

28 de diciembre de 2012

“Por la oblación del cuerpo de Jesús, hecha de una vez para siempre, quedamos santificados”.


El pueblo de Judá está desconsolado ya que los asirios lo hostigan y reyes sucesores de David gobiernan pensando únicamente en ellos y no en el pueblo. Se encuentran defraudados, desalentados, como si la mano de Dios ya no se ocupara de ellos.

20 de diciembre de 2012

“Él exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta”

El profeta Sofonías (3, 14-18ª) invita a Israel a reconocer el amor de Dios por su pueblo, y a vivir la alegría que implica la presencia del mismo en medio suyo.

14 de diciembre de 2012

“Dejando la frivolidad de un mundo que pasa, entremos al silencio del Encuentro”

Cantábamos recién en el salmo responsorial “grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría” (Ps. 125). Los salmos, término que significa “cantar con instrumentos de cuerda”, han expresado siempre la vivencia del pueblo de Israel en la vida cotidiana.

8 de diciembre de 2012

“Vayamos presurosos al encuentro del que Viene, acompañados de obras de santidad”


El domingo anterior, solemnidad de Cristo Rey del Universo, contemplábamos al Mesías de Dios que se da a conocer con el poder del que está investido, para poner a sus enemigos a sus pies y recibir en su Reino a quienes fueron fieles.