26 de marzo de 2016

“Vayamos con actitud de fe al encuentro del Sumo Sacerdote que se ofrece por nosotros, para transformar nuestra existencia en ofrenda plena a su bondad”






Escuchábamos recién en la carta a los Hebreos (4, 14-16; 5, 7-9) “Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios,  un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe”. 

25 de marzo de 2016

”Jesús, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin”.



 Nos dice el texto del evangelio (Jn. 13, 1-15), que Jesús, “que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin”.

22 de marzo de 2016

“La pasión soportada con paciencia por el Siervo sufriente, muestra el camino elegido por el Padre para restablecer la armonía perdida”.

En estos días hemos de recorrer los últimos momentos de la vida de Cristo en este mundo, adentrándonos en su vivencia de la Pasión dolorosa, la muerte en Cruz, para culminar en su resurrección gloriosa.

17 de marzo de 2016

“Considerando estiércol lo que no sea Cristo, y consciente el creyente de su debilidad, sabe que por el poder transformador de Jesús, le es posible alcanzar la santidad”

Con el paso de los días nos acercamos a la celebración central de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. De esa manera culminamos con lo que la liturgia nos presentaba como objeto del tiempo cuaresmal, la profundización del misterio de Cristo Nuestro Señor.

9 de marzo de 2016

“Por el arrepentimiento sincero, recibamos la misericordia del Padre”

El texto del evangelio (Lc. 15, 1-3.11-32) que hemos proclamado contempla las figuras de los dos hermanos que de algún modo representan al hombre universal que en su relación con el Creador y sus hermanos, derrochan los bienes recibidos o piensan que todo debe girar alrededor suyo como centro, que todo existe según la concepción de vida que poseen, cerrados ambos al don divino.

1 de marzo de 2016

“El encuentro con quien es “Yo soy”, nos aleja de la vanidad de lo “no soy”, que deja nuestra vida cotidiana carente de sentido último”.


La referencia a la higuera estéril (Lc. 13, 1-9) que hace Jesús, alude a la infidelidad de los israelitas, quienes a pesar de la alianza con Dios que ha marcado la razón de su existir como pueblo, no se han manifestado con obras de verdad y justicia.