10 de mayo de 2007

La Argentina virtual y la Argentina real

El “virtualismo” es analizado en esta nota desde el hombre concreto y sus circunstancias, la Iglesia y el poder.
Una visión que desmitifica el presunto “realismo” al que apelan quienes son engañados por el “virtualismo irreal”.


1.- Lo virtual y lo real.

Como siempre trato de aprender de los otros, últimamente vengo escuchando de mi amigo Sejo -homónimo del tucumano artista plástico y dibujante de historietas- que trata siempre de conciliar lo desacorde, que se debe tener cuidado con el mundo virtual ya que encierra a la persona en sí misma impidiéndole conocer la realidad concreta creyendo ilusoriamente que desde lo virtual está “conectado” de veras con el devenir de los acontecimientos.
El deseo de saber con certeza qué es el mundo o realidad virtual me llevó a averiguar sobre el tema.
Y así me encontré con que la realidad virtual, hija joven de la informática, sugiere una gran variedad de interpretaciones que se prestan a especulación y fantasía.
Y así por ejemplo, leo que “es un sistema o interfaz informático que genera entornos sintéticos en tiempo real, representación de las cosas a través de medios electrónicos o representaciones de la realidad, una realidad ilusoria, pues se trata de una realidad perceptiva sin soporte objetivo, sin red extensa, ya que existe sólo dentro del ordenador. Por eso puede afirmarse que la realidad virtual es una pseudo realidad alternativa, perceptivamente hablando”(1).
Observo que más allá de su frecuente utilización en la actualidad, hablar de lo virtual es hablar de lo ilusorio ya que se busca la simulación de medios ambientes y de los mecanismos sensoriales del hombre por computadora, de tal manera que se busca proporcionar al usuario la sensación de inmersión y la capacidad de interacción con medios ambientes artificiales.
Reflexionando sobre los diversos términos, pues, observo que es incorrecto hablar de realidad virtual, ya que lo “virtual” -que es lo simulado, lo artificial, lo ficticio- se opone a la “realidad” entendida ésta como todo lo que existe, todo lo que es, sea o no perceptible, accesible o entendible por la ciencia y la filosofía o cualquier otro sistema de análisis.
Según esto, por lo tanto, hay que hablar del “mundo virtual” o de la “concepción virtual del mundo”, y no de “realidad virtual”
Pero se debe tener en cuenta también que resulta menguar el sentido de lo “virtual” reducirlo al uso de la computadora para los videojuegos -en los que el hombre se siente ficticiamente como una especie de vengador anónimo que libera a la sociedad de los malvados, o el asesino serial impulsado vaya a saber con qué tara - o a la utilización indebida de Internet para el cibersexo del Chat u otros efectos emocionales.

2.-El hombre y lo “virtual”

Teniendo en cuenta lo antes expresado, aparece con claridad meridiana que una tentación del hombre actual es vivir de lo “virtual” a expensas de lo “real”.

Creyendo que al desertar de sus problemas “será feliz”, el ser humano se sumerge con frecuencia en el mundo de la ficción.
Esto comprende por supuesto al hombre argentino que al olvidarse de la “realidad” no termina por resolver sus graves problemas creyendo ilusoriamente –es decir virtualmente-, que el tiempo puede solucionar todas las dificultades sin el enfrentamiento lúcido de los mismas buscando resultados que permitan el engrandecimiento de las personas y de la sociedad toda.
Y así la vanidad humana se pavonea caminando sobre las falsas seguridades que su vacilación ignorada le brinda.

Lo que hace verdaderamente hombre al ser inteligente que es cada uno de nosotros es mirar la vida de cada día con una mirada nueva, dejando de lado la pavada propia de los inmaduros.

Y así cobra actualidad lo que en 1939 José Ortega y Gasset, pensador español, nos decía desde una conferencia en La Plata:"¡Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que daría este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal".
En rigor cuando Ortega y Gasset afirma que nos dejemos “de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos” está pidiendo dejemos el mundo de la ficción, “virtual”, para adentrarnos en la realidad que supera con creces nuestras propias interpretaciones y prevalece sobre las engañosas e interesadas visiones que recogemos muchas veces de otros, ya que es abrirse “a ocuparse y preocuparse directamente” de las cosas.

3.-Algún ejemplo de lo virtual opuesto a lo real, en la vida de la Iglesia.

Hace un tiempo, en una ciudad asolada por las aguas, un párroco caminaba con el agua encima de las rodillas y miraba con desazón cómo le llegaba elal templo, a la casa parroquial, al barrio y las demás dependencias parroquiales. Obviamente CaritasParroquial, inundada también, dejó de atender en espera de mejores momentos. líquido elemento
Mientras tanto un grupo de damnificados -inmersos en la proverbial lucha entre pobres- al no poder ser atendidos por la institución caritativa, presentaron su “dolida queja” de “mojados”, y haciendo caso omiso de la “realidad” patente a todos, recriminaron al párroco por tener las puertas cerradas de CaritasParroquial –mojadas y con el hedor propio de las aguas que “bajan turbias”-.
Posteriormente los fieles de siempre estuvieron un día entero limpiando las dependencias parroquiales, sin que los quejosos pusieran su “mojado lomo” contribuyendo al trabajo de volver todo a la normalidad.

De este ejemplo se destaca simultáneamente la contradicción entre lo “virtual” y lo “real”, diciendo que los “quejosos” estaban cerrados en su individualismo, y el párroco y sus fieles estaban con los pies en la tierra, mejor dicho en el agua de la realidad concreta.

4.-Lo virtual y lo real en la conducción de gobierno.

El gobierno nacional, que vive en el mundo “virtual” de la mentira hacia los demás y el autoengaño permanente, nos quiere hacer creer que no hay inflación, que la canasta familiar cuesta 816 pesos, mientras los simples ciudadanos recorriendo los supermercados –por poner sólo un ejemplo-, nos encontramos cada día que los precios van aumentando sin pausa alguna. ¡Cómo tienen cara para decir que no hay aumentos de precios! ¿En qué país viven?

La inseguridad es una sensación nos dicen los “virtualistas”, mientras los “realistas” tenemos que padecer permanentemente los arrebatos, los tironeos, los robos en las salidas de los bancos, la golpiza de ancianos, jóvenes, y adultos.

Los “virtuales” ven siempre conspiraciones de terceros contra ellos cuando no son capaces de resolver los problemas que la realidad les presenta, o pretenden arreglarlos con la cariñosa palmadita en la espalda y el proverbial “buee…, sigan adelante”.
¿Cómo se puede gobernar sin penetrar la realidad, sin ir a las cosas, consintiéndose sólo con el confort que producen los informes de los obsecuentes que sólo pretenden hacer “ver” lo que el mandamás quiere ver?

Mientras los legisladores en su mundo “virtual” de “conformar” los supuestos derechos de matrimonios entre idéntico sexo trabajan sin descanso, ¿quién se dedica a proteger la familia, -la que la naturaleza defiende-, con trabajo, vivienda y educación adecuadas?
Mientras los católicos “virtuales” en el ámbito de las leyes, pretenden avanzar -creyéndose modernos-, en imponer la “supuesta legalidad” del aborto, ¿piensan en que Dios les pedirá cuenta de los innumerables crímenes de los que serán cómplices?

5.-Volver a las fuentes.

Podría seguir con esta larga letanía de situaciones deplorables y denigrantes de la dignidad humana. Quizás lo haga en otra nota.
Reconozco que faltaría tiempo para seguir ejemplificando con la mentira institucionalizada en tantas vivencias “virtuales”, mientras la realidad de la vida misma se nos escabulle de las manos.

¡Qué nueva esclavitud ésta de vivir en el mundo “virtual” creado por el hombre creyendo que todo está bien cuando todo va al derrumbe!
¡Busquemos vivir en la verdad huyendo de toda ficción que nos empequeñece!

La vida de Cristo, de María y los Santos, son y serán siempre ejemplo perfectísimo de cómo se enmarca nuestro vivir en la realidad, aprendiendo a ver todo desde la perspectiva de la única verdad que proviene de Dios.

(1) (Realidad virtual. de Wikipedia, la enciclopedia libre)

Padre Ricardo B. Mazza. Prof. Tit. Teol. Moral y DSI en la UCSF.
Párroco de Ntra Sra de Lourdes de Santa Fe. Defensor del Vínculo en el Tribunal Interdiocesano “E”.


10 de Mayo de 2007

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