1 de marzo de 2022

De la abundancia del corazón habla la boca y todo árbol bueno sólo da frutos buenos.

Tanto en la primera lectura proclamada hoy, como en el evangelio, se hace  descripción del perfil del hombre, quedando al descubierto lo que hay en su corazón, en el interior de cada uno de nosotros.  Por eso es tan importante escuchar esta sabiduría que viene de Dios y sentirnos interpelados por ella.
El libro del Eclesiástico (Si 27, 4-7) afirma que “los deshechos de un hombre aparecen en sus palabras, la palabra del hombre está en su conversación, la palabra expresa la índole de cada uno”.

Y se continúa en el  evangelio (Lc. 6.39-45) cuando Jesús dice que de la abundancia del corazón habla la boca, que un árbol bueno no puede dar frutos malos y un árbol malo no puede dar frutos buenos. Todas estas sentencias nos ayudan a ir descubriendo el corazón del ser humano, empezando por nosotros mismos por cierto.
Por eso Jesús dice “no te preocupes por sacar la paja o brizna que hay en el ojo ajeno, si no la viga que hay en el tuyo” ciertamente.
Estas enseñanzas que provienen de  la Palabra de Dios ayudan a conocernos a nosotros mismos, y también a conocer a los demás. Porque muchas veces nos engañamos, “las apariencias engañan” afirmamos no pocas veces. Tanto cuando elogiamos a alguien que no merece ese elogio, como cuando criticamos a alguien cuando no merece esa crítica o esa censura.

El Señor entonces nos pide hacer ese discernimiento en nuestra vida cotidiana, lo cual ayuda a comprender lo que pasa en la misma historia humana, en la misma sociedad nuestra, en el mundo.
Cuántas palabras, cuántas acciones de quienes nos gobiernan, por ejemplo, manifiestan que están muy lejos de Dios, que no son frutos buenos lo que producen sino los malos porque son árboles malos… En el orden internacional estamos asistiendo ahora a esta invasión miserable de Rusia asolando al pueblo ucraniano, demostrando esto que el demonio realmente utiliza a tantos humanos como marionetas para seguir sus planes. Estamos a las puertas, ojala no sea así, de una tercera guerra mundial, las naciones se van manifestando, mandan armamentos y no sabemos en qué va a terminar esta escalada de violencia.

Pero tenemos también la violencia de todos los días, el crimen  nefando del aborto, como le llama el concilio vaticano segundo, todo atentado contra la vida, ya sea por inseguridad o terrorismo, por actitudes del hombre que no soportan la vida y actúan en contra del hermano, todas estas actitudes nos hablan de lo que hay en el corazón del hombre, en nuestra humanidad.
¿Cuándo vamos a poder vivir como Dios quiere?  En esta misa nos encontramos con los representantes y promotores en la ciudad de Santa Fe de los 40 días por la vida. Se trata  de un movimiento próvida mundial que desde el 2007 busca el fin del aborto en el mundo a través de la oración diaria, el ayuno personal y la presencia pacifica frente a clínicas o centros donde realizan estas prácticas. Justamente se comienza con la tercera campaña, desde el día 2 de marzo hasta el 10 de abril de manera simultánea en todo el mundo y en nuestra ciudad frente al Cemafe desde las 7 horas a 19 horas durante los 40 días de cuaresma y esto se hace con el convencimiento de que la oración y el ayuno pueden cambiar el curso de la historia, por eso se nos invita también a motivar la participación de los fieles de la comunidad, de cada uno a sumarse a esta vigilia comprometiendo una hora de oración.

Ante la dura realidad de nuestro país donde el gobierno considera al aborto como tema de salud pública, la defensa del niño por nacer y su madre es un compromiso que debemos asumir todos y cada uno, animándonos nuestra fe y la fiel promesa del Señor que permanecerá con nosotros hasta el fin del mundo.
Hablando de oración y ayuno, el próximo miércoles de cenizas el papa ha convocado a la oración, al sacrificio  y al ayuno suplicando por la paz y para que cese la violencia bélica desatada por Rusia contra Ucrania. Toda violencia contra el ser humano es un atentado contra la paz, contra la convivencia que todo el mundo merece,  contra el derecho a vivir como hermanos,  como hijos adoptivos de Dios que somos cada uno de nosotros.

Queridos hermanos, busquemos siempre la defensa de la vida en todos los ámbitos,  en todas las circunstancias y cómo dar siempre frutos de bondad como nos anuncia y nos insiste la palabra de Dios en este día.
El hombre bueno, dice Jesús, saca el bien del tesoro de bondad que tiene en su corazón, el hombre malo saca el mal de su maldad, porque de la abundancia del corazón habla la boca. Ojala el Señor mirando a cada uno de nosotros pueda decir el hombre bueno saca el bien del tesoro de bondad que hay en su corazón.

Sirve de marco referencial mirando la eternidad prometida, lo que el apóstol san Pablo (I Cor. 15, 51-54-58)  recuerda, en el sentido que una vez que lo corruptible se convierta en incorruptible al ser asociados a la resurrección del Señor, la muerte será vencida para siempre, siendo realidad únicamente la eternidad, ya para la salvación como para la condenación.
Hasta que esta victoria final se concrete, se nos exhorta a que permanezcamos firmes e inconmovibles, “progresando constantemente en la obra del Señor, con la certidumbre de que los esfuerzos que (se) realizan  por Él no serán vanos”.


  Padre Ricardo B. Mazza. Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario y Convento san Pablo primer ermitaño,, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en el 8vo° domingo del tiempo Ordinario ciclo “C”. 27 de febrero de 2022. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com.



 


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