22 de enero de 2024

Muéstrame, Señor, tu camino, guíame por el, porque tú eres mi Dios y mi Salvador (Salmo 24)

 


En la primera carta de san Pablo a Timoteo (2,4), el apóstol afirma que "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad", enseñando así, que si bien, Dios  eligió al pueblo de Israel para hacerlo depositario de sus promesas y, que Jesús buscaba a las ovejas perdidas de Israel, es la voluntad de Dios que toda persona sea salvada, rescatada de su pecado y pueda algún día llegar a participar de la misma vida divina.
Ese es el designio universal divino, ya que no tendría sentido crear al hombre pensando nada más que en algunos y no en todos.
De hecho, ese llamado de salvación a los paganos que no pertenecían al judaísmo, está presente en la primera lectura que acabamos de proclamar, tomada del libro de Jonás (Jon.3,1-5.10).
Jonás es enviado por Dios a predicar la conversión a Nínive, el cual se resiste, huye, pero finalmente realiza lo que Dios le ha pedido. ¿Por qué esa resistencia? porque los ninivitas eran enemigos de Israel, pero Dios quiere darle a ese pueblo la oportunidad de cambiar su estilo de vida.
Refiere el texto que a través de la predicación de Jonás, los ninivitas hicieron penitencia, se convirtieron y cambiaron su modo de proceder, de manera que Dios se arrepiente y no castigará a ese pueblo que antes estaba sumido en el pecado.
Si tomamos el texto del evangelio (Mc.1, 14-20), observamos que proclama la necesidad de la conversión. En efecto,  Jesús comienza a recorrer Galilea, habitada por judíos y paganos, diciendo "El tiempo se ha cumplido; el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio", conversión que incluye un cambio de mentalidad y  modo de proceder, a su vez, es el momento oportuno, porque es lo que se llama el Kairós, el tiempo favorable, porque coincide con la presencia de Jesús en este mundo.
Ahora bien, si Jesús está presente entre nosotros, hace ese llamado a la conversión, a saber optar, a elegirlo a Él y tomar la enseñanza que  transmite como el camino necesario para vivir en la comunión con Dios y llegar algún día a la meta salvadora prometida.
A su vez, san Pablo afirma en la segunda lectura (1 Cor. 7, 29-31) que "la apariencia de este mundo es pasajera", y no se refiere al término cronológico  de la humanidad, sino que está hablando del momento propicio justamente para el hombre, para su salvación, que es el del encuentro con Jesús y que no debe el ser humano apegarse a cosa alguna como si fuera algo definitivo.
Para puntualizar esto, dirá cinco veces "como si", de modo que "los que tienen mujer, vivan como si no la tuvieran; los que lloran como si no lloraran; los que se alegran como si no se alegraran; los que compran como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran", o sea, no apegarse a nada, no absolutizar absolutamente criatura alguna en este mundo porque el absoluto es Dios al cual estamos llamados a adherirnos permanentemente.
Se trata de un llamado urgente a la conversión que hace  Jesús a toda la humanidad, a comenzar una nueva vida, a buscar siempre  imitarlo, a no tener como modelo a este mundo pasajero, sino a Él que enseña y llama a la perfección, que permite que vivamos en orden a nuestra salvación o felicidad, no sólo después de la muerte sino ya en este mundo.
En efecto, solamente en comunión con Dios el hombre encuentra aquí sosiego, paz y puede sobrellevar las dificultades que la vida de cada día le  presentan.
Pidamos entonces a Jesús que nos dé su gracia para que seamos capaces de ver este momento en el cual vivimos como momento de salvación, como instante en que el Señor convoca a una vida nueva.
Contemplar cómo el Señor comienza a predicar por la Galilea y elige para esta misión a los primeros discípulos, se acerca a Simón y a Andrés y luego a Santiago y Juan y les dice "síganme, yo los haré pescadores de hombre" y ellos dejando las redes lo siguieron.
Quiera Dios que también  nosotros sepamos dejar de lado las redes de este mundo que atrapan, las redes que muchas veces  impiden continuar en la imitación de Cristo, las redes que consideramos no pocas veces más importante que ir tras los pasos del Señor.
Que su gracia entonces nos ilumine, nos dé fuerza para vivir este cambio de vida que se nos ofrece desde la Palabra de Dios.


Cngo Ricardo B. Mazza, Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en el 3ero domingo del tiempo "per annum" ciclo B.  21 de enero   de 2024

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