9 de mayo de 2022

A ejemplo de Jesús, Buen Pastor, guiemos siempre a las ovejas del rebaño que es la Iglesia, a los pastos eternos de la bienaventuranza.

 La Iglesia es llamada también rebaño del Señor, bella imagen tan rica para los judíos,  ya que en el Antiguo Testamento se menciona al pastor y a las ovejas, enriquecida la figura del pastor cuando Dios la asume a causa de la desidia de quienes constituidos guías del pueblo se habían convertido en  aprovechadores de las ovejas.
Para el pueblo de Israel hablar de pastor y ovejas resultaba un lenguaje conocido que distinguía claramente a quienes debían velar por el cuidado de la comunidad, y las personas que como ovejas debían ser dóciles a esa guía que mostraba el camino a seguir.
En nuestro caso, contemplamos que Jesús se llama a sí mismo buen Pastor porque cuida con amor del rebaño de los bautizados.
En los textos bíblicos que acabamos de proclamar, se manifiesta cómo se forma el rebaño del Señor (Hechos 13,14.43-52), describe la vivencia de los elegidos que gozan de la vida eterna (Apoc.7, 9.14b-17), y se descubre el perfil del Buen Pastor (Jn. 10, 27-30).
En efecto, Jesús descubre su interioridad y cuál es su relación con nosotros,  ya que conoce y ama a cada uno por los que murió.
Por otra parte, contemplamos cuán grande  es la fuerza que otorga  Cristo resucitado  a sus discípulos, que difunden  sus enseñanzas con alegría y sin miedo obteniendo muchas conversiones.
Lo acabamos de escuchar en los Hechos de los apóstoles, cuando Pablo y Bernabé no se cansan de hablar de Jesús, siendo conscientes, sin embargo, que la palabra debe transmitirse en primer lugar al pueblo judío, aunque muchos la rechazan, de allí que los apóstoles cuando se alejan sacuden hasta el polvo de sus sandalias, como signo de rechazo de aquellos que se mantienen en la incredulidad.
Pero el mismo tiempo, ante este rechazo, resuelven transmitir el kerigma a los paganos, a los gentiles, a aquellos que no provienen del pueblo de Israel, causando profunda alegría en éstos, porque han sido considerados dignos de recibir el mensaje de salvación.
De allí, que se van multiplicando las conversiones, creciendo el rebaño del Señor a lo largo de la historia humana.
Recordemos a su vez, cuántas persecuciones ha soportado la iglesia en el decurso del tiempo, siendo una de ellas la que describe el texto que hemos proclamado, sin embargo Jesús resucitado sigue atrayendo, sigue llamando a cada uno, aunque por ser libre, el ser humano puede hacer oídos sordos al llamado de conversión.
En el libro del Apocalipsis, Juan tiene una visión maravillosa en la que contempla una muchedumbre de personas que han blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero, es decir, han sufrido el martirio, y también otras muchas, que si bien no han pasado por el martirio, han sido fieles al Señor mientras vivían en este mundo.
Lo contemplado por Juan refiere a los que son del rebaño que ya está en la eternidad y que canta permanentemente la gloria del Señor.
Esta visión representa  para nosotros, que todavía caminamos por este mundo, un incentivo para crecer en la esperanza de que algún día  podamos estar gozando de la gloria si hemos sido fieles.
¿Y qué dice Jesús en el texto del evangelio? que Él conoce a sus ovejas, o sea, conoce a cada uno de nosotros, con nuestras debilidades y grandezas, con nuestros pecados y bondades, con el deseo de ser santos o de atrasar la conversión y el camino hacia la santidad.
Esta realidad personal de cada una de las ovejas no le asusta a Jesús, ya que como buen pastor nos ama y, no podía ser de otra manera porque ha muerto en la cruz y ha resucitado para salvarnos, para rescatarnos del pecado y poder darnos la fuerza necesaria para transformar nuestra existencia en el caminar cotidiano.
El Buen Pastor que cuida a sus ovejas afirma que nadie las arrebatará de sus manos, lo cual es cierto ya que la única oveja que es arrebatada es la que haciendo mal uso de su libertad, desiste de seguir al buen pastor, o sea, aquella cuya  voluntad personal es de no pertenecer al rebaño, aunque la voluntad del Señor es tenernos a todos formando parte del rebaño porque para eso ha venido a este mundo el Hijo de Dios, para conducirnos al Padre.
Jesús afirma que sus ovejas escuchan su voz, siendo ésta la característica principal que hemos de tener nosotros, escuchar la voz del Señor  y no dejarnos aturdir con otras voces, con otros criterios de vida, con otras formas de ver la realidad.
El Señor sigue insistiendo en su llamado en el decurso del tiempo, y lo hace por medio de los pastores que fueron constituidos como cabeza de los distintos rebaños en toda la Iglesia Universal.
Precisamente la iglesia pide especialmente en este día por las vocaciones sacerdotales y religiosas para que aquellos que han sido elegidos para ser otros pastores, otros Cristos en medio de la sociedad, no sólo aumenten en número sino  también  en santidad.
Suplicamos en este día a Dios para que quienes hayamos recibido el sacramento del Orden o lo recibirán en el futuro, vayamos  pareciéndonos más y más a Cristo, y así, ser modelos de santidad para las ovejas que se nos han confiado en los distintos ministerios.
La experiencia enseña de hecho, que cuanto más santo sea el sacerdote o pastor de una comunidad, más se santifican quienes han sido destinados a ser ovejas del rebaño divino.
Esto resulta más urgente en nuestro tiempo ya que la iglesia aparece muchas veces contradictoria,  dado que no pocos sacerdotes u obispos, confunden a los católicos con sus enseñanzas, que no respiran verdad sino error, arrastrando a no pocos fuera del rebaño.
Hemos de pedir para que los que fuimos elegidos pastores y los que serán elegidos en el futuro, seamos  fieles al Señor transmitiendo su palabra, dando a conocer su vida sin mezcla de mal alguno, sin buscar interpretaciones indebidas a la enseñanza del  resucitado.
Queridos hermanos: pidamos la gracia de escuchar a Cristo Buen Pastor y la capacidad para discernir entre su voz y la  de aquellos que no son buenos pastores porque llevan al error, y pidamos también ser dóciles a su voluntad buscando  su gloria en este mundo.
     
 Padre Ricardo B. Mazza. Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario y Convento san Pablo primer ermitaño, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en el IV° domingo de Pascua.  08 de Mayo de 2022. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com




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