18 de agosto de 2021

María Santísima, Nueva Arca de la Alianza, llevó en su seno a la Ley Nueva y al Nuevo Maná, que entrega su cuerpo como alimento.

Con gozo en el día de hoy celebramos esta gran fiesta de la Asunción de María Santísima. Su celebración nos colma de esperanza porque su Asunción en cuerpo y alma a los cielos confirma que es verdadera la meta a la cual tendemos, que es participar algún día de la alegría celestial, y que a pesar que esta vida terrenal se presenta como pasajera y fugaz sabemos que nos espera la eternidad con Dios.

San Pablo (I Cor. 15) se refiere a la resurrección de Cristo  mostrando que allí está el fundamento de nuestra propia resurrección  al fin de los tiempos, ya que así como la muerte entró al mundo por el pecado del viejo Adán, venceremos la muerte por medio de la resurrección del Nuevo Adán que es Cristo.
El revivir o resucitar nos lo afirma la misma fe asegurando la resurrección final de cada persona humana.
Pero podríamos decir que la muerte ha sido vencida anticipadamente a través de la resurrección de Jesús, el primer resucitado, y la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma, la segunda resucitada que ya participa de la eternidad junto a su Hijo.
La Asunción de María nos da la seguridad que lo que ya aconteció con Ella, sucederá también con cada uno de nosotros.
Hay dos relatos evangélicos en los que la madre de Juan y Santiago (Mt. 20,20-28) o ellos mismos (Mc. 10,35-40)  piden sentarse a ambos lados del Señor cuando Él esté en su gloria. Jesús responde que es necesario beber su cáliz  de  dolor, y al ver que ellos están dispuestos, dirá, sin embargo, que es el Padre quien decidirá sobre esto.
Con la asunción de María sabemos ahora que es Ella quien está junto al Hijo por disposición del Padre Eterno.
La fe sobre la verdad de la Asunción señala que María no sufrió la corrupción del sepulcro, y que participando de la muerte de Cristo, - aunque su muerte no está alcanzada por la definición dogmática-  logró la resurrección del cuerpo y el comienzo de la vida gloriosa.
La nueva existencia de María implica el acompañarnos a cada uno de nosotros, porque no se desentiende de nuestras penurias, dificultades y penas, y nos acompaña a encontrar a su Hijo y seguirlo.
Seguros de su compañía es que nos alegramos en el Señor y cantamos con Ella las maravillas realizadas por Dios en su persona, y en cada uno de nosotros, pobres criaturas.
Ella ha sido colmada de gracia, mirada en su pequeñez y humildad.
El papa Francisco recordaba hoy en el ángelus, que Dios ama a los humildes que se hacen pequeños ante sus ojos, a los que reconociendo su “humus” (tierra), registran que son poca cosa y miran la bondad infinita de su Creador, siendo por lo tanto exaltados por el mismo Dios.
De hecho en el canto del Magníficat, María dice que Dios dispersó a los soberbios de corazón, derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes, que aplicamos con verdad a su  persona y fidelidad.
¿Qué significa humildad? Es un término que deriva –ya lo había mencionado-  de “humus”, tierra, y que significa que el ser humano se ubica como lo que es delante de Dios y de los hombres, que como débil criatura todo se lo debe a Dios y que no debe  pensar que es superior a los demás por atribuirse ser digno de mayor reconocimiento.
María Santísima, como Nueva Arca de la Alianza, ha llevado en su seno  a Aquél que es la ley Nueva y el nuevo maná, que entrega su cuerpo como alimento a los creyentes que ansían unírsele.
Por eso en el nuevo plan de redención, María junto a su Hijo intercede por nosotros ofreciendo a Jesús para la salvación del mundo.
Este misterio de la salvación nos invita a prepararnos mientras caminamos en el tiempo siguiendo a Cristo, buscando agradarle para que libres del pecado podamos participar de su misma gloria.
Pidamos a la Virgen que ha sido llevada al cielo en cuerpo y alma que nos prepare un lugar como ya lo hizo Jesús para reinar en la vida celestial.

Canónigo Ricardo B. Mazza. Cura párroco de la parroquia “San Juan Bautista”, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en  la Solemnidad de la Asunción de María Santísima el 15 de agosto de 2021. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com



 

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