12 de septiembre de 2022

Es doctrina cierta y digna de fe, que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos. (san Pablo)

San Pablo enseña en el texto proclamado hoy (1 Tim. 1, 12-17) que “es doctrina cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos” y, a su vez continúa afirmando que “si encontré misericordia, fue para que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, poniéndome como ejemplo de los que van a creer en Él para alcanzar la Vida eterna".
Esta afirmación de san Pablo nos permite precisar, pues, que las ideas centrales de este domingo  son por un lado dejar en evidencia el pecado del hombre que ensombrece su vida con frecuencia, y por otro lado  recordar que la misión de Jesús  es salvar a los pecadores  de sus miserias por medio de la misericordia derramada en su carácter de mediador entre Dios y los hombres.
De hecho la historia humana se mueve siempre  en medio de estos ejes de pecado y gracia, de lejanía de Dios y de encuentro con Él.
Podríamos afirmar, entonces, que si nos apartamos de Dios por el pecado, siempre tenemos la oportunidad de retornar a la amistad con Dios por medio de su misericordia.
Precisamente el texto del libro del Éxodo (32, 7-11.13-14) que acabamos de proclamar, muestra a Dios que está con Moisés en el monte Tabor para entregarle las tablas de la ley y le indica que baje enseguida  porque el pueblo que Moisés ha sacado de Egipto se ha hecho un becerro de metal y le está otorgando culto de adoración, descubriendo así  el corazón cambiante del pueblo de Israel.
De hecho, esto es un signo de la historia humana, en la que es constante también observar al corazón cambiante de la humanidad a lo largo del tiempo, ya que con facilidad se aleja  del Dios verdadero para arrojarse a los brazos de los ídolos.
En latín se utiliza el término “simulacrum” para designar la figura del ídolo, o sea, se trata  de una representación falsa de la verdad,  del Dios verdadero, figura que no pocas veces el ser humano reconoce como deidad, ya que  pareciera que se siente más a gusto rindiendo culto a los simulacros, a la mentira, que al Dios verdadero.
Cuántas veces nos encontramos que entre los católicos aparece también el culto a la religiosidad oriental, culto a la energía, al Reiki, a distintas potencias que supuestamente nos protegen.
Ya lo había profetizado Benedicto XVI  -cuando era profesor- al decir que la Iglesia católica se iría paganizando con el tiempo, de manera que los creyentes sostendrían más la mentira y el error que la misma verdad cristiana y católica.
¡Con qué facilidad no pocos católicos se dejan llevar por las fantasías de la cultura actual, apartándose del Dios verdadero  presente en la historia del hombre siempre por medio de su Providencia!.
Por eso que no es de admirar lo acontecido en la Basílica de Luján el nueve de septiembre durante la Eucaristía pidiendo por una paz fingida, con la complacencia de clérigos y políticos que actuaron más como paganos que como personas de fe católica.
¡Cuánto dolor para el Señor ver cómo se falsifica el verdadero culto para rendir culto a las potestades de este mundo renunciando al Dios verdadero!
¡Qué contraste con san Juan Crisóstomo que por denunciar la corrupción de la corte imperial terminó exiliado encontrando la muerte por ser fiel al Dios Viviente!
¡En la casa de nuestra madre la Virgen patrona de Argentina hemos vivido la cultura del mundo, mentirosa y frívola¡
Ahora bien, ante la idolatría del pueblo elegido, Moisés acude a la memoria de los distintos patriarcas del Antiguo Testamento para evitar la ira divina y solicitar la misericordia divina.
En el evangelio (Lc. 15, 1-10) será Cristo el  nuevo Moisés que  intercede siempre ante el Padre  por cada uno de nosotros.
Al reconocer  san Pablo que Jesucristo vino a salvar a la humanidad, se presenta él mismo como pecador por ignorancia y por ello salvado,  y descubriendo al Dios verdadero se entregó totalmente a la misión de evangelizar, a pesar de ser el peor de los pecadores.
¡Qué gesto de humildad el suyo reconociendo precisamente cómo Dios tuvo misericordia de él a pesar de sus infidelidades!
También nosotros debemos reconocer siempre nuestras miseria, nuestros pecados, y disponernos desde el fondo de nuestro corazón a una conversión en serio para poder recibir aquel elogio del Evangelio  de que existe más alegría en el cielo por cada pecador que se convierte, que por noventa y nueve que no necesitan convertirse.
Precisamente el evangelio de hoy nos ilustra acerca de la misericordia de Dios con estas parábolas elocuentes.
La parábola de la oveja que se ha perdido es cada uno de nosotros a cuya búsqueda parte el Señor para cargarnos sobre sus hombros.
Si actuáramos nosotros, seguramente preferiríamos perder una oveja pero no las noventa nueve restantes, mientras que para Jesús cada una es valiosa por sí misma y debe ser buscada y salvada.
Lo mismo acontece con la pérdida de una pequeña moneda, que representa a cada uno de nosotros, sin importancia para los demás, pero valiosa para la misericordia de Dios.
Como esa moneda de poco valor, el ser humano es reconocido de una manera diferente por Dios, mientras que en la cultura del mundo, la sociedad  hace distinción entre las personas que a su juicio son importantes y las que no lo son, las que son valiosas o no según el criterio humano. Para Dios, en cambio,  cada persona es valiosa en sí misma y por eso amada por Dios, ya que Jesús muere en la cruz por cada una de ellas.
¡Qué grande es el amor de Dios! ¡Cómo cuesta sin embargo entenderlo y valorarlo, buscando responder a ese amor también con grandeza de corazón!
Pidámosle al Señor que nos ilumine, que nos dé su gracia para que seamos capaces de ir convirtiéndonos cada día para lograr nuevamente vivir en plenitud la amistad con el Señor y llegar algún día a las moradas eternas.


Padre Ricardo B. Mazza. Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario y Convento san Pablo primer ermitaño, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en la Misa del domingo XXIV del tiempo Ordinario. Ciclo “C”. 11 de septiembre de 2022. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com


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