7 de noviembre de 2022

La fe de los macabeos sobre la resurrección invita a consolidarla, mientras Cristo resucitado asegura nuestro retorno a la vida.

 

Reflexionando sobre los textos bíblicos de este domingo, advertimos que el tema principal es el de la resurrección final de los muertos.
Repasemos entonces  los textos bíblicos para extraer sus enseñanzas.
La primera lectura que está tomada del segundo libro de los Macabeos (6,1; 7,1-2. 9-14) refiere a lo que aconteció en el año 172 antes de Cristo cuando Antíoco IV Epífanes de la dinastía Seleúcida después de conquistar Egipto quiere posesionarse de Israel, contando  para ello con la complicidad de algunos israelitas que no les interesaba mucho ser fieles a la alianza, aunque la mayoría del pueblo se opone a las costumbres paganas que Antíoco quiere imponer, pretendiendo helenizar la cultura de Israel, abrumando a todos con perversiones, matanzas y nuevos cultos idolátricos.

Si cambiar la cultura es el propósito de los impíos, se deberá por lo tanto obligar a aceptar una nueva religión, por lo que se erige en el templo una imagen de Zeus olímpico, se prohíbe la circuncisión y se destruye todo lo que haga recordar el antiguo culto.
La persecución sangrienta se descarga sobre aquellos que no quieren entrar en razón de acuerdo a la mentalidad de Antíoco.
El texto mencionado relata el martirio de los siete hermanos macabeos que son torturados y asesinados junto con su madre.
El texto proclamado, abreviado para la liturgia,  menciona la muerte de algunos de ellos, para destacar precisamente el tema de la resurrección. Estos jóvenes están dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de Dios y expondrán sus miembros para el suplicio afirmando que por la resurrección Dios les devolverá los mismos.

Mientras mueren por fidelidad a Dios, señalan al rey inicuo que no resucitará para la vida, sufriendo previamente muchos males.
Los jóvenes mientras mueren, pues, dan testimonio de su fe en la resurrección, mientras que  Antíoco  con el tiempo, morirá sufriendo remordimientos atroces por las maldades cometidas, cumpliéndose así el castigo que le estaban anunciando estos jóvenes.
Conociendo de estos mártires la fe firme sobre la resurrección, la Palabra de Dios invita a reafirmar nuestra fe en esta verdad, ya que como Cristo ha resucitado, también sucederá con nosotros.

El Evangelio  del día  (Lc. 20, 27-38) refiere también a la resurrección, reflexionemos primero sobre su contexto histórico.
Los saduceos eran afines a los políticos de su tiempo, buscaban adquirir poder, no creían en la resurrección de los muertos, de modo que debían disfrutar de la vida en este mundo y dejar en todo caso bienes copiosos para sus hijos y sus nietos, considerando ésta disposición una forma de perdurar en el tiempo, incluso  tratan  que su memoria quede patente en suntuosos mausoleos, los famosos sepulcros blanqueados, que sirvan de recuerdo de su presencia.
Arteramente plantean a Jesús un caso hipotético,  el de una mujer que se casa con siete hermanos sucesivamente, los cuales según la ley buscan darle un hijo a quien fuera el primer marido.

La pregunta tramposa es de quién va a ser mujer cuando resuciten los muertos ya que los siete hermanos la han tenido por esposa, tratando así de hacer ver a Jesús la aparente contradicción que existe al afirmar la resurrección de los muertos.
Jesús contesta que el matrimonio es para esta vida y aquellos que han sido elegidos para la vida eterna, o sea aquellos que mueren en la comunión con Dios,  resucitarán para la vida, se salvarán.
Y continúa especificando que serán como ángeles, no estarán casados con nadie, porque ciertamente se dedicarán a la glorificación permanente de Dios, sin ser distraídos por criatura alguna.

Cuando la persona llega a la vida eterna permanece para adorar, contemplar y alabar a Dios para siempre, por lo que Jesús remata la afirmación citando al libro del Éxodo (cap. 3) cuando Dios se manifiesta a través de la zarza ardiente a Moisés como el que es el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, que es un Dios de vivientes, y que por lo tanto lo seguirá siendo a través de la resurrección.

Los saduceos solamente aceptaban los libros del Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia, no aceptaban por ejemplo los  dos libros de los Macabeos, sino obviamente ya tendrían la respuesta con lo que hemos leído hoy, pero tampoco tenían en cuenta el episodio de la zarza ardiente, quizás porque no les convenía.
Actualmente se observan situaciones parecidas, porque muchos  no creen en la resurrección de los muertos y piensan que todo se termina con la muerte, y por lo tanto como ya denunciaba San Pablo, si los muertos no resucitan, al igual que los paganos afirmaríamos: “comamos y bebamos que mañana moriremos” (I Cor.15, 32), sin preocupación por un más allá inexistente.
Otros, incluso católicos, aceptan los estados de vida cíclicos por medio de la reencarnación, lo cual no forma parte de la enseñanza de la Iglesia, que  en consonancia con la Sagrada Escritura y del magisterio de la Iglesia,  afirma que sólo se muere una sola vez y después de la misma comienza el nuevo estado de salvación o condenación, como enseña el Papa Benedicto XII en la bula Benedictus Deus.

Estamos llamados a vivir la resurrección de los cuerpos en el día final, ya en el cielo o en la condenación, aunque transitoriamente el cuerpo se separe del alma, su meta es la unión de ambos.
San Pablo alienta hoy a los cristianos de Tesalónica (2 Tes. 2,16—3,5) a proclamar la Palabra de Dios, a transmitir lo que hemos recibido, a vivir obrando el bien para que nos vayamos preparando para el encuentro definitivo con Dios., apartándonos mientras tanto de aquellos que buscan  apartarnos de la verdad, sabiendo que en este caminar contamos con la fuerza de Dios, porque Él es fiel.
Pidámosle al Señor que no nos falte nunca su gracia y su protección para seguir el ideal que se nos propone.


Padre Ricardo B. Mazza. Cura Rector de la Iglesia Ntra Sra del Rosario y Convento san Pablo primer ermitaño, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en la Misa del domingo XXXII del tiempo Ordinario. Ciclo “C”. 06 de noviembre  de 2022. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com





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