12 de mayo de 2014

“Siguiendo las huellas del Buen Pastor, por el camino del bien y la verdad, aseguremos alcanzar la meta de su gloria”


 A través de muchas imágenes Jesús nos va mostrando su  riqueza  interior que nace de su condición de Hijo de Dios y verdadero hombre, permitiéndonos acercarnos a Él en toda su profundidad.


Se llamará luz del mundo ya que ilumina con la verdad a todo quien lo busque; recordará la necesidad de estar unido a su persona para dar fruto como los sarmientos unidos a la vid; se presenta como la resurrección y la vida vencedora de la muerte; la fuente de agua viva nos evoca la abundancia de sus dones; es el camino único que conduce al Padre; la vida que permanece eternamente;  la verdad que sacia la inteligencia humana; y así podríamos continuar sin culminar nunca de mostrarlo en toda su grandeza.
En este cuarto domingo de Pascua, en los tres ciclos litúrgicos se proclama el texto de san Juan (10, 1-10 para el ciclo A; 10,11-18 para el ciclo B y 10, 27-30) que refiere a la figura del Buen Pastor.
En la primera oración de esta misa, que recoge las súplicas de la comunidad, pedimos a Dios que nos conduzca “hacia los gozos celestiales para que tu rebaño, a pesar de su debilidad, llegue a la gloria que le alcanzó la fortaleza de Jesucristo, su pastor”. Cristo por lo tanto, como pastor de nuestras almas, nos espera en la gloria del Padre, a la vez que nos guía con mansedumbre por el camino de nuestra vida temporal, mientras nos exhorta a ponernos a salvo de esta generación perversa por medio de la conversión continua de nuestras vidas incorporándonos así más y más al rebaño de la Iglesia del que formamos parte por el bautismo (cf. Hechos 2,14ª.36-41).
La figura  de Jesús como Pastor se despliega generosamente por medio del salmo interleccional (22, 1-6), descubriendo así que con Él nada nos faltará, haciéndonos descansar en verdes praderas, abrevando nuestra sed de Dios y reparando nuestras fuerzas en las agua tranquilas de su gracia.
La presencia del Pastor eterno –continúa el salmo- nos conduce por el recto sendero sin temer mal alguno aunque crucemos por quebradas oscuras, ya que está siempre con nosotros dándonos confianza.
Aunque muchas veces por fragilidad caigamos en el pecado, se nos asegura que su bondad y su gracia nos acompañan a lo largo de la vida hasta habitar definitivamente en su Casa.
El apóstol san Pedro (1ra Pet.2, 20b-25) en referencia a los sufrimientos de nuestra vida temporal a pesar de hacer el bien, recalcará que es una gracia si los soportamos, ya que estamos llamados a identificarnos plenamente con Cristo Pastor que entregó su vida por nosotros sus ovejas.
La llamada, pues, a la imitación de Cristo Pastor que muere por todos, nos ennoblece y orienta también a entregar la vida por nuestros hermanos.
Con su muerte redentora Jesús nos cura interiormente ya que antes andábamos como ovejas perdidas, y ahora hemos vuelto al Pastor y Guardián de todos.
Esta identificación con Cristo muerto y resucitado nos permite ingresar al rebaño que es la Iglesia, por quien es Pastor y Puerta universal de salvación,  garantía  de permanencia en la verdad que (Jn. 10, 1-10).
Los ladrones y asaltantes de nuestra vida cristiana, por otra parte, son señalados como la antítesis de Jesús Pastor de nuestras almas, ya que sólo pretenden destruir con sus engaños nuestro camino de fe en el salvador universal, nuestra esperanza de llegar a los pastos eternos y la caridad oblativa que como la del Pastor divino busca rescatar a muchos del pecado.
Ante tantas opciones engañosas de vida que aparecen ante nosotros, el Pastor de las almas, insiste en la necesidad de escuchar su voz, seguir sus pasos e imitar su vida, abiertos siempre a agradar al Padre suyo y nuestro.
Si cada vez que estamos extraviados por el pecado, el error o la mentira, escuchamos su voz y la seguimos, encontraremos la salvación ya desde el ahora, alimentándonos para recobrar las fuerzas debilitadas con el alimento que es Él mismo en la Eucaristía.
Hermanos: en este día, cada año, se celebra la Jornada Mundial de oraciones por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Quienes estamos al frente de las diversas comunidades de la Iglesia, ya los obispos como los sacerdotes, estamos llamados a un pastoreo que sea reflejo del de Jesucristo.
Como Él, hemos de ir delante del rebaño que se nos ha confiado para guiarlo a los verdaderos pastos de la verdad y la vida, caminando también junto a cada uno alentando para no desfallecer en el caminar de cada día, detrás de todos para ayudar a los rezagados a encolumnarse con la Iglesia toda.
En relación con el seguimiento del Señor, nuestros obispos, con el deseo de iluminar nuestro obrar, exhortando a la verdadera conversión, nos decían en estos días –destacamos sólo algunos párrafos del mensaje de referencia- que “Como pastores del pueblo de Dios -del que provenimos y al que queremos servir- nos dirigimos a todos los miembros de la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad, para compartir nuestra mirada sobre un aspecto inquietante de la realidad nacional. Constatamos con dolor y preocupación que la Argentina está enferma de violencia”.
Con el deseo de iluminar el deber ser de nuestros gobernantes y políticos, pastores también del pueblo argentino, según la mirada bíblica, afirman “Queremos detenernos a reflexionar sobre este drama porque creemos que el amor vence al odio y que nuestro pueblo anhela la paz…..Son numerosas las formas de violencia que la sociedad padece a diario. Muchos viven con miedo al entrar o salir de casa, o temen dejarla sola, o están intranquilos esperando el regreso de los hijos de estudiar o trabajar”…….
Ejemplifican valientemente que “Todo lo que atenta contra la dignidad de la vida humana es violación al proyecto de amor de Dios: la desnutrición infantil, gente durmiendo en la calle, hacinamiento y abuso, violencia doméstica, abandono del sistema educativo, peleas entre "barrabravas" a veces ligadas a dirigentes políticos y sociales, niños limpiando parabrisas de los autos, migrantes no acogidos e, incluso, la destrucción de la naturaleza. Hemos endurecido el corazón incorporando estas desgracias como parte de la normalidad de la vida social, acostumbrándonos a la injusticia y relativizando el bien y el mal……”
No omiten en su misión de pastores el denunciar que “La corrupción, tanto pública como privada, es un verdadero "cáncer social" (EG 60), causante de injusticia y muerte. Desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte. Estos delitos habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad. Son estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la República, y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley. “….
Invitan a tomar conciencia que “Para construir una sociedad saludable es imprescindible un compromiso de todos en el respeto de la ley....Sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tenemos alguna autoridad…..Estos síntomas son graves”. 
Y apelan, por último, a las reservas morales del ser argentino afirmando que “Sin embargo, en el cuerpo de nuestra sociedad se encuentran también los recursos para afrontar el paciente camino de la recuperación. Todos estamos involucrados en primera persona. Destacamos, ante todo, el profundo anhelo de paz que sigue animando el compromiso de tantos ciudadanos. No hay aquí distinción entre creyentes y quienes no lo son. Todos estamos llamados a la tarea de educarnos para la paz”.
Iluminados siempre por la Palabra del Señor y de nuestros pastores que buscan nuestro bien, vayamos queridos hermanos tras la guía del Buen Pastor y aseguremos así la paz entre nosotros y la certeza de alcanzar la gloria de la que ya goza el resucitado.


Padre Ricardo B. Mazza. Cura párroco de la parroquia “San Juan Bautista”, en Santa Fe de la Vera Cruz. Argentina. Homilía en el cuarto domingo de Pascua. 11 de mayo de 2014. ribamazza@gmail.com; http://ricardomazza.blogspot.com


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