Hoy 10 de Diciembre de 2007 es un día muy especial, hoy en Argentina asume la primera PRESIDENTA electa, por eso creímos necesario recordar este artículo ya publicado.
Entre ustedes ni debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. (
Estas esclarecedoras palabras de Nuestro Señor Jesucristo nos dejan -como siempre- hermosas enseñanzas para nuestra vida, iluminando nuestro camino como ninguno, para recorrer la historia humana con la seguridad de que siguiendo al Señor y su doctrina encontraremos sendas más que esperanzadoras para realizar el plan de Dios sobre la humanidad: la salvación de todo hombre guiándolo al encuentro definitivo con el Señor de las Misericordias.
Ahora bien, todo lo que se refiere al hombre es importante para Dios. No estamos ante un Dios que se olvida de la humanidad sino que siempre está preocupándose por nosotros, queriendo nuestro bien, pero requiere la respuesta del hombre.
Dice san Agustín: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, lo que quiere decir que no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que todo lo resuelva Dios, y nosotros ver pasar la historia humana, fumando despreocupadamente nuestro pasado y nuestro futuro en los brazos de la indolencia.
Ojo! Dios nos pedirá cuenta de nuestra pereza y de nuestra proverbial viveza argentina. El “no te metás” que para muchos es un dogma de fe se puede convertir en la causa de nuestra condena.
De allí la necesidad de involucrarse en todo lo que se refiera al hombre y su grandeza y que implica escuchar la interpelación constante de nuestro Creador que nos llama a construir un mundo nuevo.
No olvidar que los espacios que dejan los cristianos lo ocupan los sinvergüenzas nunca ahítos de riquezas y que como modernos narcisos se contemplan en las aguas turbias de la corrupción.
Dios nos pedirá cuentas de nuestras cobardías y silencios cómplices, disfrazados muchas veces con el manto de la prudencia que no es tal.
Como a moderna Pandora –según parece-, se le entregó a los que están en el mundo de la política la caja de todos los males, -los resultados del quiebre total de las personas y del país está a la vista- , a los cristianos nos toca rescatar del fondo de esa caja, la esperanza, para comenzar a vislumbrar un mundo nuevo.
Jesús con la sabiduría que lo caracteriza, -El es
En efecto los que son verdaderos gobernantes no “dominan a las naciones como si fueran sus dueños” sino que sirven a sus naciones buscando infatigablemente el bien común., no compran la voluntad de los ciudadanos con los fondos que son de todos o explotando la debilidad humana del oportunismo o aprovechándose de la pobreza en que se encuentran sumidos.
El verdadero gobernante, o la autoridad en cualquier estamento de la sociedad, no cría borregos que mansamente van con el montón sin otra meta que la que le fijan, sino que forma ciudadanos pastores que reconociendo el señorío que les dio Dios desde la creación, procuran crecer saliendo de la siempre amenazante mediocridad que pulula en la masa ciudadana -lamentablemente- de los pueblos, que se conforma con el pan y circo.
Los que son tenidos por gobernantes muchas veces actúan como si fueran dueños de la vida y bienes de los ciudadanos, y procuran enriquecerse no con las virtudes sino con las prebendas que el poder les posibilita.
Los que son tenidos por gobernantes se enloquecen por el poder, lo gozan sin medida, de allí su afán por perpetuarse en el mismo sin omitir cualquier recurso por detestable que sea para mantenerlo.
Los que son gobernantes y entienden la enseñanza de Jesús que no es más que la sabiduría del bien común, saben que se les ha confiado un poder para utilizarlo para servir.
Los que son gobernantes entienden que cada voto es como una súplica reclamando un mundo nuevo:
Y así el voto de la viuda que espera un pasar digno para su vejez.
El voto del ciudadano común que busca vivir en paz, sin la amenaza de los mafiosos, reclama por la seguridad en las calles y en su casa.
El voto del empresario que espera un gobernante que no intente coimearlo para expandirse y que reconoce que debe en contrapartida ofrecer fuentes de trabajo.
El voto del buen periodista que quiere trabajar transmitiendo la verdad, sin amenazas que lo priven de su fuente de trabajo y que se lo respete en su dignidad sin verse acosado por las pretensiones de comprar su silencio.
El voto del joven que quiere formar su familia y espera que se legisle de una vez por todas en favor del matrimonio y la familia.
El voto del honesto que quiere una sociedad no contaminada por la grosería y la vulgaridad de todo tipo, esperando siempre el enaltecer del hombre.
El voto de las mujeres que respetan la vida y que esperan que el gobernante las reconozca como tales en toda su verdad creatural, en vez de defender posturas minoritarias que quieren imponer la sin razón de una sociedad sin valores.
El voto, en fin, de todos lo que quieren un despegue para la sociedad toda en la que reine la verdad y la justicia.
El gobernante que domina las naciones como si fuera su dueño necesita de un ciudadano correlativo a su obrar: el borrego o el esclavo.
El gobernante que lo es de verdad, necesita también de un ciudadano correlativo a su obrar: el pastor o el señor.
He aquí el dilema para el hombre argentino, especialmente para el cristiano.
El argentino y cristiano borrego o esclavo va detrás de la moda y el slogan oficial defendiendo la antivida, dejándose convencer con los oráculos y las encuestas infladas de vaya a saber qué hecatombe si no apoya el aborto.
El argentino y cristiano pastor, libre o señor, que sabe de su dignidad de hijo de Dios, va delante con el mensaje de la paz, proclamando la hermosa grandeza de la vida, aunque por ello pierda oportunidades mundanas de crecer en una sociedad opulenta que excluye de la mesa a muchos hermanos suyos.
Pero algo positivo está pasando, hay argentinos cristianos con vocación de pastores o de hombres libres que comienzan a despertar, saben de su dignidad y quieren hacerla valer contra viento y marea.
Saben que para trabajar por un futuro más humano deben salir de su despreocupación y lo intentan.
Es éste un tiempo de gracia, el kairós como tiempo propicio está a la vista, hay que trabajar duro aunque el triunfo parezca incierto.
El tiempo, en fin, es sólo de Dios, aunque ganen al momento los oportunistas de siempre.
Lo que ha permitido que los malos triunfen es la inacción, impropia del hombre de fe, de allí la necesidad de despertar y trabajar con la confianza puesta en el Señor de
El hombre argentino está como el ciego de nacimiento al borde del camino, representando el agobio y la angustia de los olvidados de la historia, pero no del Señor de la historia.
Como el ciego de nacimiento – que espera un encuentro personal con el Señor- hay que saltar para éste único encuentro valedero en la vida, el del mirar a los ojos a Jesús Salvador que nos dice “tu fe te ha salvado” para una vez curado avanzar tras sus pasos.
Seguirlo a El sabiendo que avanzamos hacia el misterio de
¡Qué fortaleza nos da la fe! Encontramos la seguridad inconmovible del Señor que camina junto a nosotros, pero también ante nosotros abriendo camino al andar del hombre.
Siempre habrá borregos y esclavos del poder de turno, pero qué hermoso que comiencen a vislumbrarse ya pastores y hombres libres que luchan por un mundo nuevo en nuestra Patria, deseosos que todos los hombres recobren su dignidad herida, y muchas veces pisoteada.
A caminar entonces, sin miedo, reconstruyendo a nuestra Patria tan lacerada.
Cngo Prof. Ricardo B. Mazza, prof. Titular de Teología Moral y Doctrina Social de
ribamazza@gmail.com http://ricardomazza.blogspot.com.ar www.nuevoencuentro.com/provida www.nuevoencuentro.com/tomasmoro
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