“Al verse engañado por los Magos, Herodes se enfureció y mandó a matar, en Belén y sus alrededores a todos los niños menores de dos años…..(Mateo 2,16)
Ellos fueron asesinados por odio a Jesús, dando a la matanza de tantos niños -vigente a lo largo de la historia humana-, una nueva connotación: que siendo ellos “epifanía” (manifestación) del Hijo de Dios hecho hombre y Niño, molestan interpelándola, a la actual sociedad opulenta y replegada en sí misma.
Herodes pensó que su poder sería mellado con el nacimiento del Dios Niño, y en lugar de abrirse a su gracia salvadora, defendió la efímera grandeza que detentaba y temía le fuera arrebatada, por medio del asesinato.
Hoy también tantos niños reclaman al corazón del hombre ser acogidos y aceptados como don de Dios.
Pienso en los desnutridos, en los explotados, en los obligados a trabajar desde pequeños, en los que no tienen pan para llevarse a la boca, en los que viven sin cariño, relegados al olvido, y a los cuales se los trata de eliminar porque ya no se soporta el que sean “epifanía” de Dios.
Y así los planes que se urden , llevan consigo la intención de no permitir que la vida, reflejo de
El aborto, es hoy, la manifestación más clara del rechazo a Cristo.
A la vida naciente se la presenta hoy como la que impide el desarrollo de los pueblos, como la que se alza contra el poder de los poderosos que no quieren compartir las riquezas de este mundo.
Y así la intención que subyace en la mentalidad abortista de despoblar a las naciones más pobres, además de la exclusión de Dios, pretende usurpar la riqueza de los recursos naturales para regalarlos a los Herodes del momento que usufructúan el trono globalizado y carcomido del egoísmo.
Las razones que se esgrimen no reflejan más que la decadencia de una sociedad que de esta manera se encamina a la destrucción.
En no pocas naciones del mundo se pretende hoy legalizar el aborto en cualquier estadio de la vida incipiente, incluyendo a
Cuando muchos hoy día pretenden convertirse en asesinos de sus semejantes, se envilecen renegando de su naturaleza de ser “imágenes y semejanza de Dios”, e hijos de un mismo Padre de todos.
El Papa Juan Pablo II, nos llama desde la eternidad a defender la vida, y desde su magnífica Encíclica “Evangelium Vitae” nos señala a los nuevos Herodes del siglo XXI.
El número 59 de
1)“Ante todo puede ser culpable el padre del niño , no sólo cuando induce expresamente a la mujer al aborto, sino también cuando favorece de modo indirecto esta decisión suya al dejarla sola ante los problemas del embarazo: de esta forma se hiere mortalmente a la familia y se profana su naturaleza de comunidad de amor y su vocación de santuario de la vida”.
¡Cuánta sabiduría se encuentran en estas palabras! Influencia deletérea del padre del niño, principalmente en los embarazos dentro del noviazgo o después de una noche de placer egoísta, que queda al descubierto cuando no se quiere asumir las consecuencias de los actos.
Y si miramos también la vida ya nacida, ¿cuántos padres se despreocupan de la formación integral de sus hijos, dejando sola a la madre de los niños, sus esposas, para que cumplan simultáneamente el papel materno propio y el paterno no ejercido por la actitud claudicante del esposo?
2) “No se pueden olvidar las presiones que a veces provienen de un contexto más amplio de familiares y amigos. No raramente la mujer está sometida a presiones tan fuertes que se siente psicológicamente obligada a ceder al aborto”.
¡Cuántas presiones se dan todavía en este campo! ¡En lugar de acompañar y de ayudar a recibir con alegría la nueva vida, se empuja a la infelicidad futura más desgarradora!
La culpabilidad de éstos queda patente, cuándo Juan Pablo II afirma a continuación: “No hay duda que en este caso la responsabilidad moral afecta particularmente a quienes directa o indirectamente la han forzado a abortar.”
Es el caso típico de los cooperadores al mal, cuya culpabilidad será mayor cuanto mayor haya sido la influencia negativa sobre el aborto realizado.
3) “También son responsables los médicos y el personal sanitario cuando ponen al servicio de la muerte la competencia adquirida para promover la vida”.
¡Qué contrasentido llamados a cuidar la vida se transforman en instrumentos conscientes de la muerte! ¡Cuánto pesa el juicio del médico, tenido aún en estos casos como cualificado! ¡Cuánto se confunde a la mujer en estos momentos desesperados con falsas razones!
¡Qué doloroso es ver el amor idolátrico al dinero que lleva a eliminar vidas a cambio de pingües ganancias!
4) “Pero la responsabilidad implica también a los legisladores que han promovido y aprobado leyes que amparan el aborto ,”
Elegidos para promover el bien común, y ofrecer alternativas legales que favorezcan a la persona humana, procurando su promoción y su más plena realización como hijos de Dios , muchas veces sólo buscan halagar a corrientes ideologizadas, o ceden a presiones de intereses internacionales y económicos, volviéndose en meros victimarios de sus hermanos. ¡Y muchas veces en nombre de supuestas disciplinas partidarias!
Y más grave aún es la situación de aquellos que se dicen católicos, pero traicionan su fe, renegando de Aquel que vino a dar
Aunque no lo diga expresamente el Papa, también engloba esta afirmación a todos los que favorecen leyes que cercenan la facultad generativa del hombre y de la mujer, porque en lo más profundo de su ser subyace la tentación consentida de la anti-vida.
5) “y, en la medida en que haya dependido de ellos, los administradores de las estructuras sanitarias utilizadas para practicar abortos”.
Hospitales y sanatorios fueron establecidos para cuidar la salud y la vida. Subvierten su sentido cuando se utilizan para atropellar la dignidad de la persona, impidiéndole alcanzar el primero de los derechos humanos que es el de la vida.
¡Nos estremecíamos de espanto hace un tiempo cuando noticias llegadas de España daban cuenta de la trituración de numerosos niños abortados que eran arrojados a las cloacas con total impunidad!
6) “Una responsabilidad general no menos grave afecta tanto a los que han favorecido la difusión de una mentalidad de permisivismo sexual y de menosprecio a la maternidad,”
¡Cuánta propaganda engañosa defensora del llamado sexo seguro! ¡Cuánta invitación al libertinaje sexual sin el compromiso del amor verdadero que es donación de sí mismo, y abierto a la vida! ¡Cuánta influencia negativa de ciertos grupos feministas que amordazan el llamado natural de toda mujer a la maternidad! ¡Cómo se quiere hacer creer que la maternidad denigra a la mujer! ¡Cómo se ridiculiza a quien ha sido generosa en dar la vida a varios hijos!
En fin, la maternidad resulta ya para muchos, mentalizados por la “nueva cultura” de la muerte, un oprobio y no un don que ennoblece.
Y respecto a la llamada “libertad sexual” que abarca acciones de todo tipo, y en cualquier edad, y sin otra meta que el placer querido por sí mismo, ¿es más feliz el hombre y la mujer de hoy a quienes se les induce al total desenfreno?
¿Encuentran la plenitud de vida que siempre se anhela? ¿O no sucede todo lo contrario, es decir que el ser humano está cada vez más vacío y sediento de una felicidad que no llega?
7) “como a quienes debieron haber asegurado -y no lo han hecho- políticas familiares y sociales válidas en apoyo de las familias, especialmente de las numerosas o con particulares dificultades económicas y educativas”
¡Cuánto falta en nuestras leyes esta promoción de la vida! ¡Cuánta desprotección de las familias numerosas, cuya generosidad más que ser fuente de alegría es causa de sufrimientos sin par como la falta de vivienda adecuada, carencia de salario familiar digno , falta de trabajo bien remunerado, desamparo en la salud, mediocridad en la educación!
¡Cuántos jóvenes generosos posponen su vocación a constituir una familia por falta de recursos y de leyes que propicien el matrimonio!
8) “Finalmente, no se puede minimizar el entramado de complicidades que llega a abarcar incluso a instituciones internacionales, fundaciones y asociaciones que luchan sistemáticamente por la legalización y la difusión del aborto en el mundo”.
Es conocida la presencia de políticas económicas internacionales que favorecen la concesión de préstamos u otros emprendimientos a los países en dificultades, siempre y cuando se favorezcan e implementen estrategias contrarias a la vida y a la familia en una escala nunca vista.
Como afirma el Papa, más allá de la responsabilidad personal ,existe una dimensión social del problema, constituyendo en la actualidad una grave amenaza contra la vida no sólo individual , sino también la de toda la civilización (Carta a las Familias, nº 21).
Quiera Dios en esta Navidad otorgarnos el don de la lucidez para descubrir su Plan Salvífico sobre nosotros, haciéndonos cada vez más respetuosos de la vida humana que nos abre a la grandeza de
Padre Ricardo B. Mazza. Director del Grupo Pro-Vida “Juan Pablo II” y del CEPS “Santo Tomás Moro”. Párroco de “Ntra Señora de Lourdes” de Santa Fe de
ribamazza@gmail.com, www.nuevoencuentro.com/provida, www.nuevoencuentro.com/tomasmoro, http://ricardomazza.blogspot.com.
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