6 de enero de 2007

Dios necesita de nosotros para obrar lo mejor.

1.- II Macabeos 6, 12-17

“Ruego a los lectores de este libro que no se desconcierten por estas desgracias; piensen antes bien que estos castigos buscan no la destrucción, sino la educación de nuestra raza;
pues el no tolerar por mucho tiempo a los impíos, de modo que pronto caigan en castigos, es señal de gran benevolencia.
Pues con las demás naciones el Soberano, para castigarlas, aguarda pacientemente a que lleguen a colmar la medida de sus pecados; pero con nosotros ha decidido no proceder así, para que no tenga luego que castigarnos, al llegar nuestros pecados a la medida colmada.
Por eso mismo nunca retira de nosotros su misericordia: cuando corrige con la desgracia, no está abandonando a su propio pueblo”.

2.- La vuelta de la historia

Lo narrado aquí por el autor sagrado parte de la idea de que el pueblo de Israel muchas veces fue asolado por desgracias merecidas por los pecados.
En este caso se trata del sometimiento que debe sufrir el pueblo de manos del rey Antíoco IV Epifanes.
Para mayor abundamiento, y para no cansar al lector me remito al artículo de mi autoría “El retorno de Antíoco IV Epifanes”, publicado el 18 de noviembre de 2005 en PyD.
Lo que allí anunciara se cumplió inexorablemente. Durante este año se siguió avanzando en canonizar aquello que degrada al hombre manifestando un “plan desestabilizador” que vulnera abiertamente la dignidad humana y su ámbito más profundo la familia y la vida.
Indudablemente mucho se hizo para frenar o al menos limitar las consecuencias nefastas de las legislaciones últimas.
Sin embargo el sometimiento del poder económico de grupos internacionales dispuestos a diezmarnos con la complicidad de muchos argentinos –lamentablemente no pocos que se dicen católicos- ha resultado hasta el momento apabullante.
Posiblemente como al pueblo de Israel en otro tiempo, esto es el resultado de nuestra inoperancia y mirándolo desde la teología, del pecado de haber desplazado a Dios de nuestra sociedad.
Sin embargo, la Sagrada Escritura nos predice que Dios, al igual que lo hizo con el pueblo elegido, y con la seguridad de su fidelidad al pacto que realizara con el pueblo argentino desde los albores de la Patria de matriz católica “nunca retira de nosotros su misericordia: cuando corrige con la desgracia, no está abandonando a su propio pueblo”( II Mac. 6,16).
Sabemos por la fe –gran regalo de Dios del que carecen los que trabajan para el mal- que el triunfo de Dios se avizorará en nuestra Patria como en otro tiempo sobre el mismo Antíoco IV :
“Cayó en cama enfermo de tristeza, porque las cosas no le habían salido como él deseaba….sintió que se iba a morir…hizo venir a todos sus amigos y les dijo: ahora caigo en la cuenta de los males que causé en Jerusalén….reconozco que por eso me suceden todos estos males y muero de pesadumbre...” (I Mac. 6,8b.9.b.10.12.13).

3.- El triunfo del Cedaw

El golpe de gracia al pensamiento católico en Argentina lo acabamos de recibir en la aprobación del protocolo del Cedaw por parte del Parlamento Argentino.
No quiero abundar en las consecuencias de esto. Basta leer los escritos de quienes han peleado para conseguir éste resultado y percibir la alegría que les embarga, para caer en la cuenta de sus efectos deletéreos.
Indudablemente el apoyo de muchos legisladores bautizados, que hace tiempo renunciaron a vivir como cristianos fue decisivo.
También es cierto que hubo quienes fieles a su fe y conciencia no quemaron el incienso de la apostasía en el altar del dinero y de los poderes de este mundo.
A ellos vaya mi reconocimiento y mi oración para que perseveren en el bien, a los otros, que se dicen cristianos, mi plegaria para su conversión.
Otra actitud digna de recordar es la del gobernador de San Juan, José Luis Gioja, que por las noticias que han circulado últimamente es ejemplo de cristiano y de peronista, puesto de manifiesto en actitudes concretas.

4.- ¿Qué hacer en adelante?

A Dios rogando y con el mazo
dando se ha repetido muchas veces. Es hora de poner esto en práctica.
El síndrome misionero es muy importante para tener en cuenta. Hemos visto cuál es el poder de un pueblo cuando quiere defender sus principios.
No permitamos que nos sigan avasallando quienes dicen representarnos pero que no fueron capaces de desnudar sus intenciones cuando se presentaron a la decisión de las urnas.
Es evidente que los representantes del pueblo no escuchan lo que el pueblo siente y quiere sino más bien se obnubilan por los favores del poder, sea éste político o económico.

Comencemos pues a trabajar desde aquí por las próximas elecciones del 2007.
Vayamos averiguando cómo votan los legisladores de cada provincia en estas leyes oprobiosas para no volver a repetir el error de entregarles el sufragio ciudadano.
Exijamos que todos los partidos presenten concretamente antes de las elecciones cuáles son los proyectos defensores de la dignidad humana que han de defender.
Involucrémonos en la vida política, aunque sea con triunfos pequeños para ir cambiando esta situación.
Que cada parroquia, cada familia y escuela católicas se dediquen a formar las conciencias de tantos hombres y mujeres de buena voluntad que necesitan de líderes confiables que muestren el camino para construir una patria nueva.
No todo está perdido, y menos si creemos que el Señor está con nosotros.
Las dos monedas de cobre de la viuda del evangelio que meditamos días atrás
Se convertirán en un aporte valioso en las manos del Señor de la Historia que hace fructificar nuestra pequeñez.

Cngo Ricardo B. Mazza. Profesor titular de Teología Moral y DSI. Director del Centro de Estudidos Políticos y Sociales “Santo Tomás Moro”
Cura Párroco de “Ntra Sra de Lourdes”, de Santa Fe. Director del grupo Pro-Vida “Juan Pablo II”.
ribamazza@gmail.com

No hay comentarios: